Levántate y anda es lo que Jesús ordenó a Lázaro al abrir su tumba tras cuatro días muerto. Y así fue, o al menos así lo explica el nuevo testamento. Partiendo de esta icónica sentencia que nos anima a redescubrir la vida, reinterpretarla o reinventarse surje la acción que se plantea de manera irónica. Levantarse de la silla, rodearla y volver a sentarse en ella a modo de bucle.